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domingo, 8 de marzo de 2015

ARTE DE LA QUIROPRAXIA INKA


Muchas enfermedades físicas y aún psicológicas tienen que ver y son, en algunos casos, de origen asociado a trastornos de la columna vertebral. En la actualidad, el estrés, la vida agitada y llena de conflictos personales, laborales, familiares y sociales,  hace que la mayoría de personas, a nivel mundial suframos en grado menor o mayor, trastornos del sistema nervioso, así como dolores crónicos en diferentes partes del cuerpo.

Generalmente, buscamos una solución eficiente y de raíz, pero, a pesar de los avances clínicos la solución continúa siendo un deseo, no sólo por parte del paciente sino también del clínico, en este sentido,  los tratamientos con diversos fármacos y terapias ayudan, en algunos casos brindan alivios duraderos y otras veces logran alivios temporales.

Una opción terapéutica que surge a finales del siglo XIX y que en la actualidad del siglo XXI toma fuerza es la Quiropraxia, su fundador David Palmer aportó grandes avances en la compresión osteoarticular de la columna vertebral humana. Cabe resaltar que antes de Palmer el interés por la columna vertebral se presentó desde que el ser humano tiene memoria, por ejemplo, entre los griegos, Hipócrates ya hablaba de necesidad de hacer elongaciones al cuerpo para distensionar la columna y producir efectos de alivio corporal. Así mismo, en las culturas ancestrales, en la medicina tradicional china, en el shiatsu Japonés y en los pueblos americanos entre otros pueblos del mundo, el interés por la columna y por el sistema óseo siempre ha estado presente, por ejemplo, en las culturas pre incas, como lo expone Cabieses es sus apuntes de medicina tradicional, las trepanaciones (cirugías “arcaicas” al cerebro) hoy en día resultan ser de gran admiración por los conocimientos y perfección de las operaciones en lo remoto de los tiempos. De ésta forma, Para el año 2000 un peruano, estudioso de Quiropraxia anglosajona y a la vez heredero de conocimientos propios de los hueseros del Perú, desde su experiencia de vida da forma a la hoy famosa Quiropraxia Inka, reconocida en el Perú como parte de sus productos, con gran valor para el mundo.  

La Quiropraxia Inka considerada por su fundador Amauta Iván Reyna Mercado como ciencia milenaria del antiguo Perú, es producto de la unión, desde la observación directa e indirecta, de la Quiropraxia anglosajona y el arte de los Hueseros y/o sobanderos del continente sur-americano, de allí su incalculable valor al servicio de la salud y equilibrio físico, mental y espiritual de las personas. La adaptación de los saberes ancestrales pre incas e incas al espacio-tiempo actual en el que surge la Quiropraxia inka permite que través de la valoración de la columna vertebral se pueda aportar a la salud de trastornos fisiológicos de las vértebras y discos intervertebrales una solución duradera y en algunos casos permanente para muchos dolores. 

A través de la experiencia que dotan la ciencia y la confluencia de saberes ancestrales, en este caso puntual, a través de la Quiropraxia Inka se está contribuyendo y dando apertura a la comprensión, en una dimensión más amplia de la enfermedad, al sentido de la integralidad humana.  A través de la atención que se presta a afectaciones como: escoliosis, hernias discal, lumbalgia, ciática, contractura muscular dolorosa, falta de irrigación, etc., y sus efectos nocivos sobre el organismo junto a las crecientes problemáticas de estrés, estrés tensional y postraumático e incluso factores del estado de ánimo que inducen a síntomas depresivos, la Quiropraxia Inka abre posibilidades de solución, sin considerar que su efectividad convierta a esta técnica en la panacea del siglo XXI,  se reconoce que su contenido ancestral la hace innegablemente benéfica para la salud y por ende, el éxito mundial la  convierte en una de las mejores técnicas de Quiropraxia independientemente de los gustos particulares de cada persona.

El principio que permite la comprensión del quehacer sanador de la Quiropraxia Inka es el Kasay, palabra quechua, que se traduce del quechua peruano, sobre todo el que se habla en Cochabamba Perú como: Llave que abre la cerradura. El Kasay, término al que le dedicaré en la posteridad un escrito puntual, como principio abre la dinámica del dar-recibir-dar, desde afuera hacia adentro y/o desde adentro hacia afuera, es decir desde el estado corporal físico exterior en el caso de la Quiropraxia Inka, al estado corporal interior físico, mental y espiritual que repercute en salud y ostenta desde la primera sesión soluciones eficientes a diferentes traumas sin importar edad y padecimiento. Por tanto, el Kasay como principio de esta técnica milenaria, aparte de contribuir al desbloqueo de nuestro sistema nervioso a través de la manipulación vertebral, garantiza la reparación de articulaciones dañadas en las diferentes partes del cuerpo así como sus elementos anatómicos, cartílagos, ligamentos, tendones, etc., por estas razones la técnica Inka supera en eficiencia a otros métodos más modernos ya conocidos.

El proceso de sanación que se observa tras la aplicación del Kasay, en Quiropraxia Inka, actúa muy rápidamente sobre subluxaciones, luxaciones, esguinces, y otras lesiones y daños agudos o crónicos a nivel de todas las articulaciones y órganos del cuerpo humano pues al considerarse como la llave que abre la cerradura, gracias al Kasay, cada paciente inicia un proceso seguro de sanación en el cual, el papel del terapeuta solo se limita a enviar información al sistema del paciente a través del impacto físico que ocasiona el estado transitorio del Kasay en beneficio de la salud del paciente.  

Antes de la intervención terapéutica con Quiropraxia Inka 

Después de la intervención terapéutica con Quiropraxia Inka

Autor texto: Yamile Leytón
Fecha: Noviembre de 2014 
Fotos: Yamile Leytón, su publicación con el debido permiso de la paciente